aquí
invadida
abstraída
un barco que navega eterno
en juegos silenciosos
un cielo de otro color
sitio ajeno que se volvió mìo
en el tiempo la distancia
alegría que dejó de serlo de improviso
un vestido prestado
una muñeca mìa
luz de horizonte
profunda extraña
universo que llegó a pertenecerme de a pedazos
pequeñas bocanadas de felicidad
a corto plazo
los sueños pintados de rosa
fueron realidad amarga vestida de sal